viernes, 12 de agosto de 2011

TURISMO BRASILEÑO


Todo lo que podía y debía ser el Turismo Brasileño fue dicho con claridad, precisión y visión de futuro en el Primer Congreso Nacional de Turismo que se celebró en Campos do Jordão en 1953. Una década después, en 1963, y creyendo en lo dicho y escrito en aquel congreso, yo instalé en el Conjunto Nacional, en São Paulo, el primer consulting que en Brasil se dedicaría a predicar en el desierto: "Acredite - este país vai ser uma potência turística". Mi fe en lo que hacía y decía era tanta, que no conseguí decepcionarme mientras organizaba la Secretaría Municipal de Turismo para personajes como el prefecto Maluf y el secretario Amedeu Papa; ni cuando Blota Junior me confesaba que no sabía lo que tenía que hacer como secretario de Turismo de Adhemar de Barros; ni cuando Orlando Zancaner, después de Blota, me encargaba discursos que sólo hablaran de fútbol; ni cuando Pedro Padilha, el más guapo de todos los secretarios habidos y por haber, aprovechaba el cargo para rodearse de mujeres bonitas y fáciles... Sin ver lo que era evidente, en 1971 implanté para la Organização Bandeirante de Tecnología e Cultura, en el Morumbi, la primera Facultad de Turismo del mundo... Entonces, la enseñanza turística creció como la espuma. El Brasil es, hoy, en 2011, el país donde más se enseña y más se aprende turismo... y donde hay más entidades oficiales y oficiosas, con fundamento y sin él, dedicadas al turismo... Sin embargo, algo debe de estar (o estuvo siempre) equivocado: el país enorme, bonito y diverso sigue recibiendo menos turistas extranjeros que la ciudad española de Madrid; el sector hotelero, casi por completo, fue engullido por la globalizada hotelería internacional; los que estudian turismo casi nunca llegan a ser empresarios; las agencias que se dicen de turismo siguen siendo agencias de viaje; el equipo director del Ministerio de Turismo, al completo, está ahora mismo en la cárcel, por corrupción; el ministro del ramo es un ancianito de corbata mal puesta, cuya experiencia turística más notable se deriva de su debilidad por los moteles baratos... Estoy inquieto, algo sorprendido con la realidad, y no debía de estarlo. Pues nadie conoce todo esto como yo lo conozco, desde hace más de medio siglo. Los eventos de 2014 y 2016 me quitan el sueño, y no sé bien por qué...

sábado, 6 de agosto de 2011

URUGUAYOS


 


En este momento, a los uruguayos les va mejor en el fútbol que en la política o en la economía. Andan como si andaran sin rumbo en su propio país -como si no alcanzaran a ver las puertas del futuro. O se muestran apáticos, indiferentes, como mirando para otro lado, o sueñan sueños imposibles contaminados de europeismo, o, sin levantar mucho la voz, hablan de lo que hablan los argentinos o de lo que hacen los brasileños. Y no ven (o eso me parece a mí) que los males del Uruguay sólo pueden remediarse con soluciones uruguayas. Los males del turismo, por ejemplo, no tendrán remedio com más inversión extranjera y sí con más eventos propios, de enero a enero. La artesanía (que podría ser importantísima) no podrá desarrollarse más y mejor con más etnografía barata, y sí con más creatividad verdadera y com más modernidad. Cuesta creer, sin ir más lejos, que el Uruguay no sea el país donde más y mejor se trabaje el cuero. Del mismo modo que llega a entristecer que alli no se ofrezca (aprovechando el formidable patrimonio que ya existe) el mejor turismo rural del mundo...