sábado, 20 de junio de 2009

NACER, CRECER, MORIR

Según parece, todo es cíclico. Todo nace, crece y muere. Vivir es empezar todo de nuevo, todos los días... La ciudad de São Paulo, como las personas, como el amor, se muere en su centro histórico, hecho de poder, sudor y cemento, y resucita en la periferia, donde ahora proliferan los barrios de aluminio, cristal y sueños renovados... Algún día, dentro de cincuenta o sesenta años, habrá gente que sufra viendo morir los rascacielos que en este momento se levantan, del mismo modo que yo sufro en el presente contemplando la decadencia de miles de edificios que conocí llenos de orgullo, lujo y progreso...

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