miércoles, 6 de mayo de 2009

"BOM DIA"

He vuelto, por fin, a mis paseos matutinos. Volví a caminar kilómetros y kilómetros, tempranito, el primer domingo de mayo. Amanecía. Las avenidas parecían abandonadas por la población. En los rascacielos no se percibían señales de vida. Sólo en los bares de copas y amor resonaba todavía una mezcla lejana de alegría y cansancio. Sin embargo, no tardé ni un minuto, a la vuelta de la primera esquina, en recibir un abrazo y dos besos de una mujer todavía joven, todavía bella... No la recordaba, pero ella no me había olvidado. Era una de las muchas alumnas de los años 70, que ahora, por increíble casualidad, es mi vecina en la megalópolis, y que iba en busca de su coche para dirigirse a su casa de campo...

Sigo por la avenida más ancha y más vacía. La soledad del amanecer me sobrecoge. Pero a lo lejos veo venir a un anciano, vestido como se vestían los hombres refinados en los tiempos en que había educación: terno severo, sombrero, bastón... También él estaba dando su paseo matutino. También él se alegró viendo que alguien más -yo- desbarataba el vacío urbano. Y al cruzarse conmigo, como si me conociera de siempre, me saludó con un "bom dia" propio de un embajador inglés...

Después, en días sucesivos, a la misma hora y por la misma avenida, he seguido encontrando al mismo caballero distinguido. Pero ahora, además de decirme "bom dia", siempre se detiene un minuto para preguntarme si estoy bien -si sigo estando bien... Y me lo pregunta con una atención y con una sinceridad que me conmueven...

Hoy, esta mañana, tambiém me ha preguntado por mi familia, porque el buen hombre supone que yo, como tantos mortales, también tengo familia... No sabe él que precisamente hoy tuve que regresar por calles secundarias, para encontrar una lavandería. Y la encontré. Es de un matrimonio japonés y se llama "Canário", así, con acento, aquí al lado, en el rascacielo amarillo...

A veces, o con frecuencia, nuestro mundo no es el mundo en que nacimos, sino el mundo donde nos quieren y nos dicen "bom dia" sin acento en la i... Donde nos dan besos caídos del cielo al amanecer...

2 comentarios:

A las 8 de mayo de 2009, 2:59 , Anonymous Anónimo ha dicho...

Que bom saber que está olhando e vendo, escutando e ouvindo, tocando e sentindo.É o renascer de um homem que voltou ao seu ninho e por forcinha de Nossa Senhora encontrou um casal que vai cuidar de suas roupas e bem vestir como fazia nossa mãe e as boas esposas.Mas Nosssa Senhora lhe levou até uma lavanderia chamada CANARIO, para que nunca se esqueça de seu limpo passado e de sua terra de origem.Abraços carinhosos, Ibrahim

 
A las 9 de mayo de 2009, 14:34 , Anonymous Anónimo ha dicho...

¡Qué razón tiene, Don Alejo! Con demasiada frecuencia el terruño donde se nació no lo quiere a uno. Al menos hasta que se fallece o se triunfa sin sombra de duda en otros lugares, entonces calles y plazas con su nombre. Tal vez sea porque a nadie le gusta que al mirarse en el espejo, el reflejo le conteste y le haga ver la realidad que intenta disimular... En Canarias habría que hacer un museo de los que hoy decimos con orgullo que fueron de aquí pero que se tuvieron que exiliar para allá, siempre hacia el norte, para que no se les siguiera desgarrando el alma y achicando el espíritu.

 

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio