JURUMIRIM
Pero ahora, sesenta años después, soy yo quien pregunta: ¿Dónde está la Represa de Jurumirim (se pronuncia Jurumirím), una especie de "mar interior", de 449 kilómetros cuadrados, con un volumen de agua que cuadruplica el de la Bahía de Guanabara?
Lo de Jurumirím viene del tupí y significa "hoz pequeña". Yo lo sé porque por allí tuve un sueño, hace ya unos treinta y cinco años. Entonces me tocó dirigir la planificación turística integrada (la primera vez que eso se hacía en América...) de un lugar llamado Piraju (pronunciado Pirajú). Y planificando planificando, soñé que algún día, en aquel pueblo, y en todos los pueblos de las orillas de la gran represa, surgirían paraísos con nombres desconocidos por los turistas del otro lado del mundo: Avaré, Paranapanema, Itaí, Cerqueira César, Arandu, Tejupá, Taquarituba, Itatinga, Angatuba, Piraju...
Pero me alejé, y el sueño se quedó en el olvido de la distancia. Hasta que, el otro día, unos amigos muy amigos, de los que ya no quedan, me llevaron de vuelta al pasado (o al futuro, según se mire). Y lo que vi me deslumbró: un importantísimo desarrollo turístico, silencioso, tranquilo, auténtico, amable, generoso, de alta calidad, que no recibe, ni espera, a las muchedumbres despistadas que siguen tropezando con el frenesí del Caribe, o de los litorales masificados.
Explicar lo que se siente cuando lo soñado se hace realidad, no es fácil. Y por eso no lo explico. En vez de explicarlo voy a vivirlo. Quien quiera acompañarme, que tome nota: nos vemos en Sorocaba, o en Araçoiaba da Serra, o en la mismísima Paranapanema. Cualquier día. A cualquier hora, que para eso la temperatura es deliciosa.
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