martes, 20 de marzo de 2007

UNA EXAGERACIÓN

A la revista EP[S] se le fue la mano. En la portada de su número 1.589, del 11 de marzo, puede leerse: "Emperatriz latina / Las confesiones de Jennifer López, una de las artistas más poderosas del mundo". Imaginé que ese titular tan retumbante se refería a la chica de la foto, que a primera vista confundí, por el parecido increíble, con la dependienta de la panadería donde compro el pan todos los días. E, intrigado, fui hasta la página 54: "Ardiente Jennifer / Guapa y sensual, la volcánica Jennifer López es también la latina más rica, influyente y popular de Estados Unidos. Tras su matrimonio con Marc Anthony ha dado un giro a su carrera, produce películas y ha vuelto a sus raíces en su último disco cantado en español". La palabra "latina" no me hizo gracia, y menos repetida, por lo que tiene, según y cómo, de peyorativa. Pero al final conseguí tener una ligera idea sobre quién es, y qué es, esa tal Jennifer. Por lo visto canta, baila, hace películas, y ya tuvo unos cuantos novios y maridos antes de tener al susodicho Marc Anthony, que también, dice la revista, es de cantar. La cosa tiene mérito, porque, aunque "sabe maximizar los esfuerzos", la guapetona Jennifer nació en el Bronx neoyorquino, que no está mal como lugar de nacimiento, aunque sólo sea porque allí se hablan 77 lenguas distintas... Sin embargo, lo que me intrigó en la portada me siguió intrigando en las páginas de la entrevista: ¿Por qué esa señora es una de las artistas más poderosas del mundo? ¿Y por qué es la "latina" más influyente de Estados Unidos? Ni el entrevistador lo aclara en las preguntas, ni la entrevistada lo aclara en sus respuestas cargadas de vulgaridad. ¿Será poderosa e influyente por su relación de amistad con el futbolista Beckham? ¿O será que el poder y la influencia ya no son lo que eran?

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