domingo, 11 de marzo de 2007

ANIVERSARIO DEL 11-M

Hoy se cumplen tres años. El día anterior, 10 de marzo, yo había ido a Toledo con Mercedes Izquierdo, a una reunión de trabajo. Regresamos bastante tarde. El último tren para Puertollano ya había salido, y mi amiga, que debería seguir para la ciudad castellano-manchega, tuvo que quedarse a dormir en Madrid. Pero se levantó temprano, y a primera hora ya estaba de nuevo en la estación de Atocha, dispuesta a completar el viaje que tenía programado. Y fue entonces cuando su teléfono móvil se quedó mudo. La llamé cien veces para preguntarle cómo había pasado la noche y para desearle suerte, y no me contestaba. Preocupado, intenté llamar a otros teléfonos móviles, y ninguno funcionaba. Madrid, por algún motivo, no funcionaba. Funcionaba, eso sí, la radio. Y por la radio supe lo que había sucedido -lo que estaba sucediendo: unos criminales monstruosos habían hecho estallar varias bombas, en varios trenes de cercanías. Mientras contaban los muertos, que al final fueron 191, y los heridos, que llegaron a 1.824, los políticos mintieron como nunca habían mentido. La mañana se hizo eterna. Madrid perdió la confianza en sí misma. Las calles se quedaron vacías. Un silencio impregnado de miedo y de tristeza me hizo llorar... ¿Mercedes estaría entre los muertos, o entre los heridos? Ya era mediodía cuando fue mi móvil el que sonó. Y no, Mercedes no había muerto. Estaba viva, con heridas de escasa consideración, pero hablando como si hablara desde un infierno improvisado. Para entenderla tuve que hacer un gran esfuerzo. Hasta que, recomponiendo sus palabras, pude enterarme de lo esencial: de que había intentado salvar a un muchacho hecho pedazos; de que seguía con el pelo lleno de cristales rotos; de que, en vez de huir por el túnel del Metro en dirección a Sol, que era lo más lógico, había huido en dirección a Pacífico; de que había perdido todo lo que llevaba, incluidos los libros y los discos que habíamos comprado veinte horas antes; de que, por algún misterio, ahora se encontraba viajando en un autobús que, "tal vez", fuese para Ciudad Real... Terrible: la barbarie islamista no sólo mató, no sólo hirió, no sólo rompió centenares de familias. También trastornó a la España democrática. Desde entonces -desde hace tres años- la derecha que en aquel momento gobernaba, y que no fue capaz de evitar la masacre, arremete con odio contra la izquierda que legítimamente la sustituyó en el poder. A esa derecha trastornada le duele más no mandar, que asistir a tanto sufrimiento.

1 comentarios:

A las 12 de marzo de 2007, 15:30 , Anonymous Anónimo ha dicho...

Querido Alejo:
Hoy no va a escribir estas líneas, bajo una sobra, o una máscara.. soy Merche.
Hay cosas en la vida a las que hay que hacer frente, como uno pueda y dar la cara.
Mi recuerdo, años después del 11-m, es como tu bien dices de una pesadilla de terror que se hizo realidad. Recuerdo que escribí un email, que envíe entre otros a nuestro amigo Jesús, y que incluso se llegó a publicar en la web de Soria y Más.
Hoy con la mente más fría.. mi recuerdo que ya a apenas 24 horas de los hechos fue recogido, en internet y que ahora friamente describo.
- Iba en el tren de la bomba, concretamente en el vagón posterior. Allí aparecieron magicamente, un bolso y cintas que se me devolvieron.

-Agradecimiento a Dios, y a los ángeles porque es inexplicable que yo no tuviera más heridas que las que tu describes.

- Minutos de mi vida, borrados por la amnesia y que he ido recuperando en flashes, en sueños, tal y como le conté a nuestro amigo Antonio.

- Miedo que te deja congelado, mientras todos corren en todas direcciones, por eso ayudé a las niñas. Era lo único inmovil, en aquel infierno
- Seguridad de la estacion, llorando y huyendo a la segunda detonación.
-Olor, ese maldito olor, mezcla de aquella quimica odiosa, que expedía la factoría Thysen que se olía tan bien, mezclado con el plomo de MESAE, en mi casa de la Colonia de Repsol-Butano, de Villaverde. COn carne quemada, y el algo parecido al olor que emanaba de las liebres y jabalíes, cuando ayudaba a mi padre a desollarlos y vaciar de visceras, mezcla todo eso y con una intensidad elevada al infinito, es lo que olimos, la gente que estabamos en el tren y salimos, unos por los tuneles, otros a campo a traves.. ´

- yo salí, por la estacion y tomé el metro... y paré en Alonso Martin y pude llamar a Francisco.. pero no a mi madre, ya no había linea. El pensó que era un atentado de eta, y ya había pasado, su consejo, vete lo más rapido posible a Mendez Alvaro, sal de Madrid, antes de la operación cepo.

- Y eso hice... entré otra vez en el metro ( fui la ultima que subio, en el metro de la linea 1 que paró en la estacion ) y de nuevo fui en el ultimo metro que pasó por Atocha, esta vez sin parar. Inultimente, le decia a la gente, ha habido un atentado, es un infierno, como va a parar, hay muertos por todas partes... llegué a Pacifico, mientras la policia estaba cerrando la linea, y de nuevo pasé entre los ultimos direccion Mendez Alvaro..

- Estación Sur, a apenas 25 minutos después de los hechos. Una masa humana aterrorizada, desconcertada, policiás por los tejados, hombres y mujeres que nos habíamos hecho pis en los pantalones, literalmente.Llanto, histeria, silencio, impotencia, explosiones que se oían a lo lejos o al menos a nosotros no sonaba a eso. Sangre en la ropa, cristales, un olor metido en las entrañas que nunca podré borrar. Y sobre todo.. policias de paisano que buscaban "moros", no se buscaban etarras, registraron a todos los negros y moros de la Estación. Mientras, algunas madres, una mujer de Talavera, concretamente, viuda de Guardia Civil, que me acompañó a un lava bo y a tomar una tila, lloraba de rabia, maldiciendo a ETA, que se había pasado.En el bus que iba a al pueblo de mi madre, a Azuaga, y que había llegado con retraso , porque los de Toledo, habían sido ocupados por gentes de cualquier lugar...montamos los manchegos, hasta sentados y sin billete en aquel bus, esperando que hubiera cobertura, para poder hablar con la familia.

Al llegar a Puertollano, me enteré que gente que conocía de vista de pueblos que eran hijos de clientes de mi marido.. entre ellos, una embarazada, ya no llegarían a casa.

Esperando a mi marido, que no sabía al igual que mi madre, desde aquella llamada, donde estaba, que habia sido de mi, compré pasteles de nata, mis favoritos y durante meses, me mantuve de chucherias, chocolate y nata, todo lo que los medicos en mi régimen contra el colesterol me habían prohibido. Me quite la depre, a base de chocolate... y mi madre aún dice, te prefiero como una vaca, a mi lado, que delgada y con el alma perdida
- Aquel viernes... salí en la manifestación, junto a mi marido y mi madre, en Puertollano, llovía pero casi todo el mundo salió. El paseo se llenó, toda España se llenó, de llanto, rabia e impotencia

- Nunca sabré el nombre del chico ecuatoriano, ni de la colombiana que me abrazaron... Él sacó a una mujer mayor que todo el mundo pisoteaba y como yo me había quedado en las taquillas de cercanias, inmovil, con dos niñas llorando y una tercera con su brazo colgado que tambien paró junto a mi, entre el humo y el hedor. El volvió, y nos metió en el metro, en aquel último tren... cuyo chofer esperó, y esperó... segundos pero esperó. entre aquel lio de gritos, llanto y demás.
- La colombiana, aquella inmensa negra, a quien agradeceré toda mi vida aquel abrazo, mientras el brazo de la niña, fue guardado en una bolsa que yo no sé como aferré y no perdí en todo aquel terror.
- La gente desde los balcones de Alonso Martín... preguntando que ha pasado, bajando mantas, los taxistas que pararon y me preguntaron si me llevaban a algún hospital... la gente que preguntaba si la unidad de donantes, de Sol, estaba allí... porque aquello era una masacre.
-La mujer de Talavera..

Todos ellos, sin nombre... fueron mi familia, en ese momento..

El domingo, nadie se explicó, de donde saqué fuerzas, para ser vocal de la mesa electoral en Puertollano. Pero era mi forma de gritar... no tenía otra, que seguir haciendo mi vida.
Voté al PSOE, aquel domingo´.. hacía años que no cumplía con mi deber electoral. Voté y hasta me afilié... luego ese tema lo aparqué.. porque no me gusta el caciqueo de los partidos de pueblo.. aunque sean pueblos muy grandes.
Me da rabia la posición de la derecha y también la de la izquierda en todo esto... PEro, espero que antes de que me vaya de este mundo, alguien diga la verdad de todo, y no se tape.
Pero sobre todo, me gustaría que nadie viviera esto, y por desgracia es el pan de cada día en algunos países. Y no porque los que caigan sean musulmanes, judios o cristianos, debería de afectarnos menos. Creo que lo único que puede salvarnos, es perdonar... y sobre todo, intentar ejercer nuestro deber de ciudadanos, e intentar que este mundo sea más justo y etico, porque no nos extrañe, que nos llegue esa rabia y ese odio, si miramos para otro lado, dejando que la economia, y la politica la manejes los tiburones de las multinacionales. La gente cuando no tiene futuro, y solo tiene miseria alrededor, puede ser manejada y lanzada contra inocentes. Hay que luchar y manifestarse contra el odio y la barbarie, y gritar que se condonen deudas, que se apoye a los pobres, y no mirar para otro lado, cuando se monta una guerra en nombre de un gaseoducto, y encima esos tiburones se erigen defensores de la fe y del mundo. Y también hay que gritar, contra todos los que ponen el nombre de Dios, sea como sea que se diga, para enfervorizar a las masas y echarlas contra hermanos. Hay que luchar porque esas diferencias no separen, sino enriquezcan y por hacer que lo que nos une, sea cada vez más grande.
Y bueno... eso es todo... lo he escrito al trote... como siempre.
Pero, aunque no sean palabras bellas y estructuradas como las de Alejo... seguro que el me perdona, porque saben que han brotado del corazón

 

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