lunes, 5 de marzo de 2007

MUNDOLOGÍA

Don José Spínola era un hombre pálido y educado que vivía con las hermanas, doña Esperanza y doña Manuela, en aquella casa de dos pisos donde me enseñaron ética, estética y canto gregoriano. Era un hombre enfermo de una enfermedad misteriosa que nadie mencionaba ni explicaba. Y, después de haberle dado muchas vueltas al mundo, ahora ni siquiera bajaba al patio florido. Pasaba el tiempo metido en su habitación, en la parte de arriba. Cuando mucho iba hasta el salón contiguo, donde daban clases de teatro y pintura, y allí permanecía un rato, sentado en el sillón de mimbre, sin molestar a nadie, y sin hablar, a menos que alguien hablara primero con él. Y cuando hablaba daba gusto escucharle, porque hablaba como debían de hablar los príncipes, con palabras precisas y tono comedido. Para mí, don José fue el inventor de la palabra pues. Así lo creo, de verdad, aunque no pueda negar que la gente ya decía pues, a veces, desde siempre. Pero era como si no la dijeran. Primero, porque no significaba nada. Segundo, porque pasaba desapercibida. Se podía decir y se decía "pues que suba", "pues que espere", "pues ya lo veremos", pero el pues desaparecía del mensaje. Lo que quedaba y se entendía era simplemente "que suba", "que espere", "ya lo veremos". Hasta que llegó don José, con su cultura sutil, desarrollada en otras latitudes, y empezó a decir lo mismo, pero al revés: "que suba, pues", "que espere, pues", "ya lo veremos, pues". Y el pues, dicho así, al final, y con la pausa de la coma dándole importancia, se transformó en palabra respetable, sobresaliente, que había que tener en cuenta, por narices, porque si no la frase no se acababa. Las consecuencias fueron tan grandes, la gente se sintió tan afectada, que don José pasó a ser conocido, para siempre, como Don Pues.

1 comentarios:

A las 5 de marzo de 2007, 13:49 , Anonymous Anónimo ha dicho...

Estimado don Alejo:
Estas estampas, postales o pensamientos que usted hilvana, con el hilo mágico de su pluma, son de tal elegancia que casi da apuro, poner un comentario. Por mucho que te esmeres, no vas a estar a la altura, de quien escribe al otro lado. Así que no voy a refinar el comentario, intentando escribir, como sé que nunca podré:
¡¡Que España, es mucha España... qué se lo pregunten a Dragó.. lo que opina de ella y de la envidia, corrupción y picaresca nacional.Aunque provoca sonrisa, su texto, algo me dice que estamos en una tierra de hombres aldeanos, cagados de miedo al que dirán, poblada por caciques y peloteros, donde de la envida no se escapa, ni el apuntador. En cuanto uno destaca, por su inteligencia o buen corazón, se lanza la jauría contra él, hasta que lo aplastan y una de dos, o se transmuta en mediocre, o te marginan. Y lo mejor del marginado, es que te dejan libre, el oficio de bufón, y claro, la voz de Pepe Grillito, les fastidia aún más. Porque les recuerda quienes son, de donde vienen y hasta donde podrán llegar. Y no me refiero, a su nivel social ( que como dijo no sé quien, por desgracia, la mierda siempre flota) sino como personas de ley. Pero, claro, también dice un viejo refrán: "Soy como el oro, cuanto más me rebajan, más valor tomo". No sé apure, d. ALejo, que este Sancho, aunque neurotico, pilla la esencia y belleza de sus palabras, que le sirven de bálsamo de fierabrás, pero es que hoy... necesitaba un desahogo.
En fin, d. ALejo, como en este comentario, no le puedo poner una canción dedicada, le transcribo la letra, que no tiene desperdicio:
LA BELLEZA - AUTE ( VERSIONADO POR BOSÉ, EN SU GIRA, "GIRADOS".

Enemigo de la guerra
y su reverso, la medalla,
no propuse otra batalla
que librar al corazón
de ponerse cuerpo a tierra
bajo el peso de una historia
que iba a alzar hasta la gloria
el poder de la razón...
y ahora que ya no hay trincheras
el combate es la escalera
y el que trepe a lo más alto
pondrá a salvo su cabeza
aunque se hunda en el asfalto
la belleza...
Míralos como reptiles,
al acecho de la presa,
negociando en cada mesa
maquillajes de ocasión;
siguen todos los railes
que conduzcan a la cumbre
locos porque nos deslumbre
su parásita ambición.

Antes iban de profetas
y ahora el éxito es su meta;
mercaderes, traficantes,
más que nausea dan tristeza,
no rozaron ni un instante
la belleza...

y me hablaron de futuros
fraternales, solidarios,
donde todo lo falsario
acabaría en el pilón.
Y ahora que se cae el muro
ya no somos tan iguales
tanto tienes, tanto vales
¡viva la revolución!
Reivindico el espejismo
de intentar ser uno mismo,
ese viaje hacia la nada
que consiste en la certeza
de encontrar en tu mirada
la belleza...

En fin, creo que con esta dedicatoria, está todo dicho...

 

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