lunes, 12 de marzo de 2007

UNA CONSPIRACIÓN

Mauricio García, ilustre profesor paulista, una de las personas que más sabe de Enseñanza Superior en el Brasil, ha tenido la amabilidad de escribirme para proponerme una conspiración: uma conspiração para o bem do Brasil... Según sus cálculos, al gran país sudamericano le faltarán unos tres millones de estudiantes universitarios para alcanzar en el año 2010 las previsiones del propio Gobierno federal. Y como esas previsiones ya son raquíticas, el futuro de los brasileños parece poco brillante. Habría que plantearse, por tanto, la tal conspiración o algo parecido. Pues, de lo contrario, cuando el 2010 llegue llegará con él el gran fracaso. ¿Usted, querido lector, está dispuesto a conspirar para que lo peor no suceda, allá, en las tierras de mis sueños? Yo he conspirado, en el buen sentido que Mauricio García sugiere, y él lo sabe. Y ahora mismo, de milagro -o tal vez por desgracia-, no estoy viviendo en São Paulo para seguir conspirando por el bien del Brasil. Brasil tiene remedio. Todo tiene remedio en el Brasil. Pero alguien, allá, de allí, tiene que liderar de una vez el salto definitivo hacia la modernidad. Sin modernidad, ¿para qué sirve el conocimiento superior? ¿Para sentirse frustrado? ¿Para ver la nada con más claridad? Lo que quiero decir, lo que estoy diciendo, es que hay que apoyar, sí señor, a Mauricio García. Pero no sólo para matricular a más estudiantes universitarios. También para llevar hasta el siglo XXI, como simples ciudadanos de pleno derecho, a millones de jóvenes brasileños que se quedaron parados, sin aliento, en medio de su propia desolación. Mauricio tiene la palabra. Y ustedes, lectores que me leen con tanta paciencia, tienen el e-mail de Mauricio: mauricio.garcia@mgar.com.br

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