viernes, 25 de enero de 2008

SER ESPAÑOL

Leo y releo el libro de Julián Marías, Ser español, y sigo sin encontrar las respuestas que busco desde que descubrí que yo era yo y estaba en este mundo redondo y misterioso: ¿Qué significa ser español? ¿Dónde, cuándo, cómo, por qué, uno es, o no es, español? ¿Se es español por una simple cuestión de lugar, de nacimiento, de casualidad? ¿Cómo crece y se fortalece -o se debilita- la creencia de que un hijo de españoles es español? ¿No es extraño que, según y cómo, la idea de lo español parezca más evidente que la idea de España?

Para quien haya nacido y crecido en Valladolid, por ejemplo, o en Alcázar de San Juan, preguntar lo que estoy preguntando puede resultar hasta incongruente. Pero no me negarán que lo preguntado tiene algún sentido cuando quien pregunta nació en medio del Atlántico, viendo África en el horizonte, y con el tiempo, por un sin fin de deseos y emociones, se enamoró de Barcelona, de Roma, de São Paulo, sintiéndose barcelonés, romano, paulista -y no exactamente catalán, italiano o brasileño- hasta la médula...

Estoy hablando de mí mismo. Por ello les pido perdón a mis lectores. Pero soy yo mismo, sí, el que vive en Madrid sin sentirse madrileño. ¿Por qué no me siento madrileño si es en la Puerta del Sol, todavía, con sus olores a frituras y sus escaparates abarrotados de sombreros o jamones, donde sigo sintiendo la emoción más fuerte de ser español, sin saber lo que significa ser español? ¿Por qué se me saltan las lágrimas cada vez que de noche me aproximo a Barajas y desde el avión veo El Pirulí, que es como ver, como adivinar, el lugar exacto donde está mi casa?

¿Es español quién se siente morir cuando presiente que aquella Lanzarote donde nació ha muerto para siempre -cuando comprueba que un cataclismo social y cultural se la tragó sin remedio? ¿Se puede pensar como un sueco, sentir como un portugués, hablar como un cubano, escribir como Guilherme de Almeida, y ser español? ¿Por qué me expreso en la lengua de Camões cada vez que necesito encontrarme con lo más hondo de mí mismo? ¿Es casualidad que sea en esa lengua donde me quieren y donde quiero más?

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