lunes, 19 de noviembre de 2007

PRENSA "LIBRE"

No hay dictadura que se pueda mantener sin prensa que la blinde, ni hay democracia que se pueda implantar y consolidar sin prensa democrática. Los franquistas sabían perfectamente lo primero. Pero a la hora de esconder la camisa azul no aprendieron bien lo segundo. Y pasó lo que pasó: para sacudirse el pasado se quitaron de encima la Prensa del Movimiento, y para llegar al futuro no fueron capaces de hacer lo mismo con la radio y con la televisión públicas... Como la democracia llegó de la mano de la dictadura, y no hay que engañarse, el conjunto de la prensa española -salvadas algunas excepciones, por nuevas o por lógicas- tardó demasiado en hacerse democrática: en ajustarse al espíritu de la Constitución y en ponerse al servicio del interés general. Mientras se implantaban y consolidaban las Comunidades Autónomas, la prensa tradicional, que siempre fue provincial porque el poder y los mercados habían sido siempre provinciales, se fue haciendo local y localista... ¡En vez de seguir la andadura constitucional de la España de las Autonomías, caminó en sentido contrario, hacia un fraccionamiento territorial cada vez más fraccionado! Las consecuencias, lentas pero implacables, acabaron tomando cuerpo: la prensa, que siempre fue más poder que negocio, fue perdiendo capacidad de influir ante los nuevos poderes autonómicos que crecían a su alrededor; y, en lo comercial, tuvo que ir a buscar el beneficio más allá de sus mercados naturales. Y así hemos llegado a una situación delirante: a estas alturas, cuando la España de las Autonomías parece irreversible, cuando todo el mundo habla de "modernizar" los Estatutos, seguimos sin tener verdadera Prensa Autonómica; muchos periódicos que deberían haber crecido en sus Comunidades de origen fueron a crecer en otras; la prensa-poder se convirtió en pura prensa-negocio; y la estructura básica de la prensa de este país continúa siendo franquista: los periódicos editados en Madrid siguen llamándose "nacionales" y los demás -digo yo- tendrían que llamarse "rojos". Por su complejidad y trascendencia, el problema no es fácil de resumir en una nota como esta. Pero de lo dicho y sugerido se deriva la doble crisis de la prensa española, que inquieta cada vez más a los editores, y que los políticos, como si siguieran viviendo en la nebulosa franquista, no alcanzan a ver, o no quieren ver: el inmenso vacío de oferta que existe, por no haber una Prensa Autonómica racionalmente concebida e implantada, lo están ocupando -¡en contra de la proclamada esencia democrática!- nada menos que los propios Gobiernos autonómicos, con sus discutibles emisoras de radio y de televisión; y al crecer a salto de mata la prensa independiente, instalándose en mercados discontinuos e ilógicos, el negocio de la Publicidad se está degenerando, desvirtuando, por la fácil interferencia -por la competencia marginal- de docenas de medios que en muchos casos no son medios, sino instrumentos de chantaje político...

Si eso es así, si la prensa tradicional no supo encontrar su camino en su propio terreno, ¿cómo lo va a encontrar en el ciberespacio -en el terreno de la prensa digital? ¡¿La prensa del futuro -la digital- puede hacerse con los mismos contenidos de la prensa moribunda -la de papel?! ¡¿Un mercado digital es lo mismo que un mercado terrenal -geográfico?!

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio