viernes, 13 de febrero de 2009

¿CRISIS? ¿QUÉ CRISIS?

Además de malvada, la crisis que nos atosiga es paradójica: los que no la vieron venir, ni saben de dónde vino, son los que ahora andan diciendo que la van a arreglar; a los bancos que tuvieron culpa, porque prestaron más de la cuenta, ahora les piden que presten más y más; a los que perdieron la cabeza consumiendo lo que no necesitaban, ahora les recomiendan que no dejen de echar la casa por la ventana. En el sector del ladrillo la cosa es de risa: hincharon la burbuja hasta que la burbuja estalló; dejaron el mundo cubierto de casas vacías, por el exceso de oferta; inmovilizaron el ahorro en bienes improductivos; y ahora vienen los que dicen que saben, y dicen sin rubor que hay que seguir construyendo. Y nadie se planta y pregunta lo que habría que preguntar: ¿Con la repetición de las causas que causaron la crisis no se repite, agranda y agrava la crisis?

Aunque -pensándolo bien- la pregunta también podría ser otra: ¿Estalló el Sistema Financiero, o estalló la Democracia? ¿Se puede seguir manteniendo la simple "razón cuantitativa" -el manda más quien tiene más votos, o más influencia, y no más méritos? Si los mejores son, y seguirán siendo, una clamorosa minoría, pero quien decide es la mayoría distraída, llegar a la excelencia no es cosa fácil. La mediocridad será cada vez más mediocre y más perversa: un círculo vicioso difícil de parar, y que yo, sinceramente, no sé cómo se para. Si supiera...

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