martes, 20 de enero de 2009

YULIYA TYMOSHENKO

Por culpa de esa singular pareja de la foto, Europa ha pasado un frío espantoso en las últimas semanas. El gas ruso sencillamente dejó de llegar a millones de hogares helados, como consecuencia de una miserable disputa entre Rusia y Ucrania. Increíble. Tan increíble, que la Prensa española llegó con facilidad al chiste fácil: "La nueva guerra fría", dijeron los periódicos, queriendo resaltar con humor las posibles maldades políticas de Putin, al mismo tiempo que Putin (¡qué apellido!) acusaba de "robo" al país de doña Yuliya.

Y a ningún periodista español, que yo sepa, se le ocurrió tomarse en serio la avinagrada acusación del ruso. Ninguno, parece mentira, perdió unos minutos en darle un vistazo a la biografía real de Yúliya Volodýmyrivna Tymoshenko, primera ministra de Ucrania.

Hubiera valido la pena. Pues esa mujer de trenza dorada y figura de muñeca antigua sabe más que nadie de las tentaciones que puede despertar el gas en abundancia. En España conocimos las dos caras políticas de la rubia traicionera, la buena y la mala, en los tiempos de la Revolución Naranja. Pero en Ucrania la conocen de viejo como empresaria importante de la industria del gas. Fue con el gas que doña Yuliya llegó a ser una de las personas más ricas de su país.

Los orígenes de la señora Tymoshenko son oscuros. Sus enemigos dicen que en realidad es medio armenia, por parte de padre. Sus partidarios aseguran que es rusa, por parte de madre. Pero todos saben que allá por 1989 ya ganaba mucho dinero con una cadena de tiendas de alquiler de películas; que, entre 1990 y 1998, hizo una fortuna con el negocio del gas; que hizo esa fortuna de forma sospechosa (y por eso la llaman con ironía "la princesa del gas"), sobre todo en los años 1995, 96 y 97, cuando fue presidenta de Sistemas Unidos de Energía de Ucrania, una compañía privada que importaba gas natural ruso.

En enero de 2001, el entonces presidente Leonid Kuchma, convencido de que el robo de gas ruso era enorme en Ucrania, acusó a la Tymoshenko de falsificación de documentos y contrabando, en la época en que ésta estuvo al frente de Sistemas Unidos. La hoy primera ministra fue detenida, aunque enseguida liberada, cuando alegó que todo era un montaje contra ella, promovido por los oligarcas de la industria del carbón, que temían las reformas encaminadas a eliminar la corrupción...

Yo no acuso ni defiendo. Pero pregunto: ¿viendo la foto de arriba, pueden dormir tranquilos y abrigados los europeos que tiritan de frío? ¿Es Yuliya menos temible que el temible Putin?

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio