martes, 13 de enero de 2009

MARTES Y TRECE

El 13 de enero de 1750 se firmó y rubricó el Tratado de Madrid, para determinar los límites de los Estados pertenecientes a las Coronas de España y Portugal, en Asia y América.

Para que tengan una pequeña idea de lo que implicaba el colosal acuerdo (no olviden la época...) les copio nada más que los dos primeros artículos, de los 27 que tiene el histórico documento:

Artículo I - El presente tratado será el único fundamento y regla que en adelante se deberá seguir para la división y límites de los dominios en toda la América y en Asia; y en su virtud quedará abolido cualquier derecho y acción que puedan alegar las dos Coronas, con motivo de la bula del Papa Alejandro VI, de feliz memoria, y de los tratados de Tordesillas, de Lisboa y Utrecht, de la escritura de venta otorgada en Zaragoza, y de otros cualesquiera tratados, convenciones y promesas; que todo ello, en cuanto trata de la línea de demarcación, será de ningún valor y efecto, como si no hubiera sido determinado en todo lo demás en su fuerza y vigor. Y en lo futuro no se tratará más de la citada línea, ni se podrá usar de este medio para la decisión de cualquiera dificultad que ocurra sobre los límites, sino únicamente de la frontera que se prescribe en los presentes artículos, como regla invariable y mucho menos sujeta a controversias.

Artículo II - Las Islas Filipinas, y las adyacentes que posee la Corona de España, lo pertenecerán para siempre; sin embargo de cualquiera pretensión que pueda alegarse por parte de la Corona de Portugal con motivo de lo que se determinó en el dicho tratado de Tordesillas, y sin embargo de las condiciones contenidas en la escritura celebrada en Zaragoza, a 22 de abril de 1529; y sin que la Corona de Portugal pueda repetir cosa alguna del precio que pagó por la venta celebrada en dicha escritura. A cuyo efecto Su Majestad Fidelísima, en su nombre y de sus herederos y sucesoras, hace la más amplia y formal renuncia de cualquiera derecho y acción que pueda tener, por los referidos principios o por cualquiera otro fundamento, a las referidas Islas, y a la restitución de la cantidad que se pagó en virtud de dicha escritura.



Pasaron 259 años, y hoy, 13 de enero de 2009, martes, en el mismo Madrid de entonces, pero muchísimo más grande y avanzado, la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, sigue sin saber explicarle a los ciudadanos atrapados en la ratonera de Barajas algo tan sencillo como el reparto de responsabilidades, entre su propio Ministerio, y la Comunidad Autónoma, y el Ayuntamiento de la capital, en el caso hipotético de que en invierno haya mal tiempo, o malas caras, y los aviones tengan que seguir volando.

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