miércoles, 5 de noviembre de 2008

ANGELITOS NEGROS

¡Qué noche, la noche de ayer a hoy! Fue, salvadas las distancias, como aquella otra noche de la llegada a la Luna...

No pude estar, por poco, en la fiesta del Grant Park. Y al verme solo solito en plena madrugada, viendo la alegría del mundo nuevo por televisión, abrí una botella de champán y puse en el tocadiscos a Antonio Machín, cantando a toda voz la vieja canción:

Pintor nacido en mi tierra
con el pincel extranjero
pintor que sigues el rumbo
de tantos pintores viejos.

Aunque la Virgen sea blanca
píntame angelitos negros,
que también se van al cielo
todos los negritos buenos.

Pintor, si pintas con amor,
por qué desprecias su color,
si sabes que en el cielo
también los quiere Dios.

Pintor de santos de alcoba,
si tienes alma en el cuerpo,
por qué al pintar en tus cuadros
te olvidaste de los negros.

Siempre que pintas iglesias
pintas angelitos bellos,
pero nunca te acordaste
de pintar un ángel negro.

La letra de A. Eloy Blanco es tan mala como la música de M. Álvarez Maciste. Y por ello pido perdón a los vecinos que levanté de la cama. Pero de alguna manera -me lo pedía el cuerpo- yo tenía que celebrar este día de regocijo universal. Hoy, al fin y al cabo, es el Día de la Razón -el día en que los negros pueden soñar con casas blancas; en que los profesores de Derecho Constitucional consiguen derrotar a los matones de Vietnam.

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