LA MUERTE DE UN PATRÓN
Sin la CEOE, en España no habría la democracia que hay, ni el progreso económico que hay... Alguien, alguna vez, explicará el porqué con detalle. Y entonces se comprenderán en su exacta medida los méritos de Cuevas -la colosal capacidad para modernizar y democratizar un empresariado salido de las sombras del franquismo...
Reconozco que nunca consideré a José María Cuevas un hombre simpático. Pero admito, en cambio, que me enseñó muchas cosas, cuando él era secretario general de la CEOE y yo era secretario general de la CCE. Me enseñó, por ejemplo, a "negociad siempre, y cuando la negociación se vuelva imposible, seguid negociando".
Aunque nació en Madrid, José María Cuevas tenía la personalidad recia y disciplinada de los que vienen de Palencia. Yo venía de las incertidumbres del Atlántico. Decirle el último adiós, hoy, es como decir que España vuelve a parecerme distante.
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