martes, 29 de mayo de 2007

POR AMOR

Vista desde América, donde me encuentro, la realidad parece un sueño. Les cuento: yo había dicho y escrito, muchas veces, que los canarios no tenemos a quien querer ni quien nos quiera. Pero, para mi sorpresa, he podido comprobar, aunque desde lejos, que alguien llamado Jerónimo Saavedra ha salido alcalde de Las Palmas de Gran Canaria. Hasta ahí, todo sería más o menos normal. Pero no, nada es normal en ese triunfo electoral del domingo pasado. Porque resulta que don Jerónimo, que ya fue hasta ministro, y que sabe un montón de música clásica, en esta ocasión presentó su candidatura "por amor" a Las Palmas. Nadie, nunca, en tiempo o lugar alguno, había ganado unas elecciones por simple y puro amor. Y las ganó ese hombre refinado y un poco grueso, que se apellida como Cervantes. Parece mentira. En vez de proponer milagros económicos, viviendas baratas, papeleras abundantes, aparcamientos para todos, guarderías, salud, mentiras, como hubiera propuesto cualquier político del montón, don Jerónimo propuso amor, así, sin más y sin menos. ¡Amor! ¡Amor en la tierra de la corrupción y del rencor! ¿No es una maravilla? Es maravilloso, sí, y no sólo por el mensaje singular, sino también por la respuesta. Todo fue como los noviazgos de antiguamente: el pretendiente le mandó una carta apasionada, pura, sentida, con sobre perfumado, a la pretendida que ignoraba ser amada. Y ésta, rendida, feliz, arrebatada, le dijo que sí con una montaña de votos. ¿Para qué darle vueltas a la razón cuando los sentimientos son tan bellos? El amor sencillamente hay que vivirlo, mientras dure. Con amor, pan y cebollas, no sólo se puede hacer una canción. También pueden hacerse matrimonios bien avenidos, hasta que los hechos, o las próximas elecciones, o tal vez el divorcio, los separen. Ahora es la hora de la luna de miel. Bendita sea.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio