EN TRES TIEMPOS
Segundo - Afeitado, desayunado y vestido, pongo la radio para enterarme de lo que pasa más allá de la Quinta de la Fuente del Berro. Y ahí, en ese momento, la gente y la vida vuelven a ser discutibles, por no decir desagradables. Me entero de que estamos en vísperas de elecciones autonómicas y municipales. Lo que escucho es una mezcla de mentiras, estupideces e insultos. Los que quieren gobernarme, mandarme, controlarme, me producen decepción y hasta repugnancia. Me cuesta aceptar que el país que sigo queriendo sea un patio de vulgaridad y oportunismo. Me asombra que el progreso material siga progresando, mientras la inteligencia sigue desapareciendo.
Tercero - Para recomponer el espíritu antes de ponerme a trabajar, doy un paseo por los jardines centenarios que tengo al lado. Llego hasta Ventas y aprovecho para comprar los periódicos. Todos dicen lo mismo, aunque con titulares distintos, y a veces opuestos. Todos repiten lo que ya escuché en la radio. La diferencia está en lo que pasa en el mundo: con las fotografías, y con los titulares a cuatro y cinco columnas, la actualidad del mundo parece más grande en los periódicos que en la radio... Pero en el mundo tampoco sucede nada alentador. Al contrario. El mundo sigue siendo un reguero de muertos. Cada día muere más gente... en los mismos lugares. Sí, hay más muertos, cada día, donde hay más islamismo. Vean. Vean un mapamundi y verán que no exagero. Da miedo.
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