martes, 27 de octubre de 2009

HEITOR VILLA-LOBOS

Viajando de un continente a otro, de un país a otro, de un lugar a otro, he perdido (o me han robado) los discos que había seleccionado en Brasil para recordar a Villa-Lobos, en algún lugar de Europa, cuando se cumplen 50 años de su muerte... Heitor Villa-Lobos nació en Río de Janeiro el 5 de marzo de 1887 y murió en la misma ciudad, donde siempre tuvo su hogar, y donde está sepultado en el cementerio de São João Batista, el 17 de noviembre de 1959. Recibió una gran influencia musical de su padre, que era un lector incansable, bibliotecario, músico autodidacta. Fue compositor, clarinetista, guitarrista, violonchelista, pianista. Pero nunca se sometió a cualquier norma académica. Él mismo lo decía: "Mi música es natural, como una cascada", "Ponga un pie en la academia, y usted cambia para peor". Sin embargo, en 1923 aceptó una beca gubernamental para estudiar en París, donde permaneció hasta 1930, y donde fue amigo, entre otros, de Edgar Varese. Villa-Lobos componía con la misma facilidad de quien piensa o habla. Por eso dejó una obra gigantesca que todavía no se conoce en su totalidad. Y como componía poniendo la vida en cada nota, nadie niega la importancia y originalidad de su música, pero muchos siguen discutiendo si en ella hay más folclore o más vanguardismo... ¡El gran compositor del siglo XX no acaba de encontrar su pedestal, porque los puristas anteponen el detalle a la calidad y al sentimiento! En unos grandes almacenes del centro de París (donde estaré hasta mañana o pasado mañana) busco las Bachianas Brasileiras y me cuesta encontrarlas: aquí, los discos de Villa-Lobos no están donde están los de Johann Sebastian Bach, y sí donde se encuentran los de samba, carnaval, tangos, boleros...

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio