viernes, 30 de octubre de 2009

COPACABANA PALACE

En el mundo hay treinta hoteles (nada más que treinta) que todas las personas deberíamos conocer antes de que la muerte nos lo impida. Y no sólo por lo que son y cómo son. También por la vida que hay acumulada -intangible pero intensa- en el ambiente irrepetible de sus salones, dormitorios, pasillos, restaurantes, puertas, balcones, lámparas, muebles, cortinas... Uno de esos hoteles es el Copacabana Palace, todavía en pie, rejuvenecido, en el número 1702 de la Avenida Atlântica, de Río de Janeiro. Para concebirlo, Joseph Gire, su arquitecto, se inspiró en el Negresco, de Nice, y en el Carlton, de Cannes. Y por eso los tres edifícios (y el Palace de Madrid, por razones que no vienen al caso) se parecen un poco, por fuera... El Copacabana se inauguró en 1923, y fue propiedad de la familia Guinle hasta 1989. Desde entonces pertenece a la multinacional Orient-Express Hotels, Trains & Cruises. En total han sido 86 años de historia, por la que han pasado todos los famosos, todos los ricos, y todos los poderosos de este mundo: Ramón Franco (...), Andre Pascal, Igor Stravinsky, Orson Welles, Nelson Rockefeller, Vincent Minelli, Alain Delon, François Mitterand, Robert de Niro, Mario Vargas Llosa, Zubin Mehta, etc.

Allí, en el Copacabana Palace, se rodó Flying Down to Rio, con Fred Astaire y Ginger Rogers bailando juntos, para siempre, de aquella manera.

Pero en el Copacabana también hubieron mil bailes más, que nadie rodó, o que fueron a parar a trágicos olvidos, o a recuerdos felices perdidos en el anonimato del tiempo y la distancia.

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