EURODIPUTADOS
Los ciudadanos (los votantes) tendrían que reflexionar sobre lo que estoy diciendo. Pues, con los mismos representantes, si fuesen mejor aprovechados y más respetados, podríamos tener una España más soportable y una Europa más europea. Aquí se elevaría el listón del conocimiento y la dignidad, y en el continente habría más entendimiento y más unidad.
Lo de aquí es fácil de entender con la simple comparación de algunos nombres y de algunas fotografías. Y lo continental también podría entenderse si se tiene en cuenta que la Unión Europea no es otra cosa, en la práctica, al fin y al cabo, que el resultado de la relación personal cultivada durante años y años, por eurodiputados y mandatarios en general, en los pasillos de Bruselas.
Cada vez que un nuevo eurodiputado llega por primera vez a la capital de Europa, la Unión Europea vuelve a reinventarse. Cada vez que un veterano eurodiputado abandona Bruselas, el tesoro de la comprensión y del entendimiento en el Viejo Continente se tira un poco a la papelera...
Hay eurodiputados que, por el bien de Europa, jamás deberían abandonar el Parlamento Europeo. Pues, teniendo a veces origen provinciano, han llegado a tener verdadera conciencia continental -a conocer, entender y asumir la compleja realidad de todos los rincones de la Patria Grande, que es grande porque es diversa, milenaria y políglota.
Y hay eurodiputados que, sirviendo a Europa, han conocido en persona a los líderes de medio mundo, y han aprendido a entreabrir las puertas del mundo entero. ¿Para qué sirven esas experiencias colosales, si se pierden a la vuelta de cualquier estupidez electoral? ¿Cómo se "archiva", en democracia, ese saber intransferible?
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