miércoles, 7 de mayo de 2008

LA BANDERA DE MADRID


Si no me engaño, los países que tienen estrellitas en sus banderas son Angola, Antigua y Barbuda, Argelia, Australia, Azerbaiyán, Bosnia y Herzegovina, Brasil, Burkina Faso, Burundi, Cabo Verde, Camerún, Comoras, Corea del Norte, Cuba, Chile, República Popular China, Dominica, Estados Unidos, Etiopía, Filipinas, Ghana, Granada, Guinea-Bissau, Honduras, Islas Salomón, Israel, Jordania, Kiribati, Liberia, Malasia, Marruecos, Mauritania, Micronesia, Mozambique, Myanmar, Namibia, Nauru, Nepal, Nueva Zelanda, Pakistán, Panamá, Papúa Nueva Guinea, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Ruanda, San Cristóbal y Nieves, Samoa, Santo Tomé y Príncipe, Senegal, Singapur, Somalia, Siria, Surinam, Timor Oriental, Togo, Túnez, Turkmenistán, Turquía, Tuvalu, Uzbekistán, Venezuela, Vietnam, Yibuti, y Zimbabwe.

Si el problema eran las estrellas, los que inventaron en 1983 la bandera de la Comunidad de Madrid tenían de sobra donde escoger -donde inspirarse. Pero, de entre todos los ejemplos, prefirieron el vietnamita. Copiaron las proporciones de 2 por 3. Copiaron el color de fondo. Copiaron el simbolismo de las puntas: las cinco puntas de las estrellas de la bandera madrileña están dedicadas a recordar Ávila, Segovia, Guadalajara, Cuenca y Toledo, las provincias que rodean Madrid, ¡que son de otras Comunidades Autónomas!; y las cinco puntas de la estrella de la bandera vietnamita representan los intelectuales, los obreros, los campesinos, los jóvenes y los soldados.

Las diferencias están en el número de estrellas y en el color de las mismas. Las de Madrid son siete y son blancas, porque representan la Osa Menor, que por lo visto, majadera, está plantada sobre la Sierra del Guadarrama... Y la estrella de Vietnam es una estrella solitaria y amarilla, como si la hubieran sacado del amarillo unitario de la bandera de España...

El resultado no puede ser más confuso y contradictorio. Si cada estrella de la bandera madrileña apunta a cinco provincias que no son suyas, la Comunidad de Madrid está camelando treinta y cinco veces lo que no le pertenece. Y si la bandera de Vietnam me recuerda España y la de Madrid me aleja de la historia y de la personalidad de las tierras que ya fueron el centro del mundo, yo, la verdad, no sé quién soy ni dónde vivo.

El ideólogo del desaguisado madrileño fue el poeta Santiago Amón. Y el artista, José María Cruz Novillo. Los dos, sin tener en cuenta que estábamos en la España de las Autonomías, trabajaron por encargo del entonces presidente autonómico, Joaquín Leguina, un casi socialista, hombre polémico donde los haya.

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